Como un gato que sigue el olor de una sabrosa comida, corro sin descanso persiguiendo tu risa. Pasas entre la junta de mis dedos como el agua y a veces siento que eres tan libre como el viento, el cual puede dejar de soplarme en cualquier momento. Y es que eres como un gato, si me acerco, te alejas… Y si estoy herido, te acercas, como si quisieras compartir el dolor. Por eso eres tan importante.
Eres… como una ruleta rusa. Nunca logro adivinar qué saldrá por tu boca en cada instante que me sonríes y parece que algo nuevo vas a crear. Siempre estas rompiendo mis moldes, y a cada imagen que creo de ti, la vuelves añicos con una facilidad pasmosa. Me asustas, me abrumas, me cabreas… me diviertes, me sorprendes, me hipnotizas, me encantas…
¿Será la música? ¿Esa extraña melodía que solo escucho cuando veo tu sonrisa? O quizás… quizás sea tu locura, tan indescriptible como ordenada.
Yo… sigo sin poder descifrarte… Todas esas palabras, esos actos, esos prontos, esas risas sin motivo alguno… ¿qué son? ¿por qué se originan? pero sobretodo, ¿por qué me elegiste a mi para poder presenciarlas? ¿qué tengo yo que nadie mas puede tener? ¿qué me hace merecedor de poder estar contigo? no te comprendo… y lo peor es que eso me encanta mas aún.
El mundo se ve tan interesante a tu lado, a través de tus ojos… que quizás comienzo a comprender el por qué te has vuelto ese asustadizo gato que nunca logro atrapar
Llegaste a mi vida tan rápido como te fuiste, dejando un agujero gigante en mi corazón. ¿Para qué fueron tantas risas y tantas locuras si al final volviste a hacer lo que querías y me abandonaste? Yo… no puedo recuperarme. No logro recuperarme. Ninguna es tan escurridiza y hermosa como tú, ninguna ve el mundo como tú lo veías, pero sobretodo… ninguna logra que escuche tu canción
Te odio. Te odio por maldecirme de esta manera y alejarte de mi vida creyendo que sería lo mejor. Te odio por ser tan importante para mi como para seguir sufriendo de esta manera tu ausencia. Te odio maldito gato; odio tus hermosos ojos, tu misteriosa aura, tu exasperante facilidad para desaparecer de mi vida, tu encanto el cual siempre me hacía olvidar cualquier ofensa, y sobretodo…
Te odio por hacerme quererte tanto
Here On My Room 