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En tus ojos

padre

Mi querida hija, para cuando leas esto tendrás 18 años ya. Estoy seguro de que te habrás vuelto una mujer esplendida de la que estar orgulloso, aunque por ahora seas un pequeño bebe llorón. Quizás suene extraño decirlo prácticamente 17 años antes, pero seguramente siga desviviéndome por ti tal cual lo hago ahora.

Quizás tengamos nuestros más y nuestros menos, peleas importantes y momentos en los que deseemos ni vernos. Pero quiero que sepas que siempre voy a amarte con locura, porque eres todo lo que tengo y todo lo que deseo tener. Eres junto con tu madre, la mujer que más feliz me hace y la única por la que haría cualquier locura. No veo la hora de poder empezar a cuidarte y ver cómo vas creciendo lentamente hasta convertirte en una mujer hecha y derecha. La hora de poder mirarte a los ojos y decirte lo orgulloso que me siento de ti y lo feliz que me hace poder ser tu padre.

No dudes ni por un instante que la única cosa que deseo en esta vida es tu felicidad. Nada en el mundo me importa más que poder entrar en casa y verte sonreír mientras correteas de un lado a otro, se ha convertido en el motor de mi vida. Y estoy seguro que tu madre piensa lo mismo que yo, ya que las lagrimas que derrama mientras te ve, deben contener la mayor de las felicidades.

Espero poder convertirme en un buen padre, que te cuide y te guíe. Que sepa cómo animarte y siempre esté ahí para escuchar cualquiera de los problemas que tengas. Ser tu superheroe aun cuando ya no creas en ellos y salvarte de cualquier aprieto. Ansío tanto poder enseñarte la belleza de este mundo, ver la cara que pones y la sonrisa que se dibuja en tu rostro. Créeme hija mía, mi mayor objetivo es poder verme reflejado en tus ojos y saber que a quien ves, es a alguien a quien puedas admirar y acompañar. Alguien que te lleve al altar cuando me toque ceder el testigo al hombre de tu vida.

Te quiero.

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