Textos

The survivor’s march

El ambiente me oprime, el sonido se torna en vacío, y poco a poco, mi espectro se vuelve monocromático a la vez que llueven apretones de manos, lágrimas ajenas y consejos sin valor alguno.

Salgo por la puerta, y mientras el sol golpea mis mojadas mejillas, no hago otra cosa que ver tu cara en un eterno y doloroso loop. Mi mente me odia, y yo a ti por no estar para calmarla.

Tan solo con estar aquí todo se volvería más fácil. Tan solo con volver a mirarme tendría de nuevo mis sentidos en funcionamiento. Tan solo con volver a sonreírme recobraría el colorido espectro que veía siempre que estaba a tu lado. Tan sólo con estar a tu lado, las lágrimas dejarían suavemente de fluir…

¿Qué valor tiene ahora la vida? Tu presencia ya era perenne en mi vida, y ahora que me faltas, ¿qué será de mí? ¿mi alma quedará para siempre tan vacía como la siento en este instante? Toda esta gente que te despide con lágrimas brotando de sus ojos, ¿sabrán el legado que dejas? ¿apreciarán todo lo que aportaste en sus vidas? ¿te recordarán cuando el tiempo barra de sus mentes aquellos triviales recuerdos que de nada les vale?

Me despierto con la realidad de nuevo aplastándome el pecho. Miro con tristeza un sol que sube en un color sin brillo alguno. Seguir avanzando es algo que nunca me enseñaste, una cruel realidad para la que nunca me preparaste. Quiero decir, ¿qué hago con esta tristeza que quebranta mi alma? ¿a quién recurro si mire donde mire nadie me escucha y me apoya? sus consejos son huecos e inservibles, llenos de «debes aprender a seguir adelante» o «seguro que no te querría ver así«, como si solo con oír esas palabras mi pecho dejara de comprimirse cada vez que pienso siquiera en tu nombre.

Los años pasan y con ellos el cruel hecho de que vas lentamente desapareciendo de mi mente. Odio este castigo, pero al mismo tiempo… ¿me odiarías si permito a mi vida el pasar cada día sin llorar tu perdida? ¿sería tan cruel si continuo mi vida sin tenerte presente en ella? Las dudas y la culpa me comen. Aunque en realidad siempre he sabido la respuesta, simplemente no he querido aceptarla, hacerlo sería abandonar mi excusa para no enfrentar la realidad y tener que seguir adelante, cosa que me aterra…

Simplemente espero que estés donde estés me mires y sientas orgullo, ya que todo lo que hago, lo hago por ti. No hay un día que no te recuerde, pero tampoco hay uno que no quiera vivir la vida por ti y por mi, por esa que no pudiste continuar.

 

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